Un ginkgo por Fukushima

Un ginkgo por Fukushima

Un ginkgo por Fukushima

Desde la Asamblea Antinuclear de Córdoba, de la que ISF formamos parte, promovimos la plantación de un nuevo ginkgo en el Parque de Miraflores, que se añadió a los doce árboles plantados en años anteriores, en recuerdo de las víctimas y de las terribles consecuencias de esta catástrofe nuclear.

Conmemoramos así el aniversario de la catástrofe nuclear de Fukushima, y continuamos formando “El Bosque de Fukushima”. El accidente, ocurrió el 11 de marzo de 2011 en la central nuclear de Fukushima a consecuencia de los daños provocados por el terremoto y violento tsunami posterior que asoló la costa este de Japón. Aunque la empresa propietaria de la central la exhibía como una de las más importantes y seguras del mundo, todos los sistemas fallaron y las elevadísimas temperaturas alcanzadas por los reactores hicieron estallar la central expandiendo material radiactivo por la atmósfera, el suelo y las aguas. Las personas que vivían en un radio de 20 km alrededor de la central nuclear tuvieron que abandonar sus hogares huyendo de la contaminación. Más de 160.000 personas fueron evacuadas, de las que 40.000 aún no han regresado, porque un extenso territorio continúa devastado, desierto y con elevados niveles de radiactividad. El gobierno japonés está invirtiendo ingentes cantidades de dinero en las tareas de desmantelamiento de la central nuclear y descontaminación de su entorno, tareas que se prevé duren aún más de 40 años.

Este accidente nuclear, el mayor de la historia tras el de Chernóbyl en 1986, vino a demostrar una vez más que la energía nuclear no es limpia, ni segura, ni barata, ni sostenible, como quieren hacer creer las grandes corporaciones eléctricas que tantos beneficios obtienen de ella. El poderoso lobby nuclear está aprovechando la crisis energética y los acuerdos internacionales contra el cambio climático para tratar de presentarse como una alternativa de futuro frente a los combustibles fósiles, obviando los graves riesgos que comportan las centrales nucleares para la seguridad y la vida de las poblaciones.

Por ello la Asamblea Antinuclear de Córdoba consideramos tan importante mantener el recuerdo de las víctimas de Fukushima, de Chernóbyl y de tantos otros accidentes de centrales nucleares. Nos reafirmamos en que nunca puede ser considerada como alternativa para la soberanía energética de nuestro país ni del continente europeo una opción que comporta tantos riesgos para la salud y el medio ambiente.

Por eso exigimos un año más al gobierno español que no ceda a las presiones que las empresas nucleares han intensificado para prolongar la vida de las cinco centrales que permanecen activas en nuestro país e, incluso, potenciar la generación de energía nuclear con el pretexto de reducir las emisiones de CO2. Por el contrario la Asamblea entendemos que debe mantenerse con firmeza el plan de cierre de todas las centrales nucleares, pues cuantos más años sigan abiertas, más prolongaremos el riesgo y aumentaremos la producción de residuos nucleares.

Igualmente pedimos que el gobierno español cancele los planes de ampliación del cementerio nuclear de El Cabril y fije un plazo para su cierre definitivo, abordando seriamente un plan de almacenamiento seguro de los residuos nucleares de media y alta actividad.

Contamos con la colaboración del Área de Infraestructuras del Ayuntamiento de Córdoba, facilitando la logística necesaria para la plantación del árbol.