El afirmado del camino que une las comunidades de Blanco, Cobo, Sabaneta y Matadero con Guanito, en Elias Piña (República Dominicana) ha concluido. Se trata de la primera fase de una obra que involucra a la Confederación Nacional de Mujeres del Campo (CONAMUCA), ISF, y la Dirección Nacional de Desarrollo Fronterizo, y que incorpora no sólo la parte técnica, sino también una marcada perspectiva medioambiental y de economía de los cuidados.
Después de prácticamente cuatro meses de arduo trabajo, a principios de Abril se concluyó la primera etapa de la rehabilitación del camino desde las 3 Cruces de Guanito hasta Matadero: el afirmado. El camino transcurre a través Municipio de El Llano, en la provincia Dominicana de Elías Piña, y conduce desde el pueblo de Guanito hasta Matadero, pasando por las comunidades de Cobo, Sabaneta y Blanco
El anterior camino desde Guanito a Matadero se podía realizar pasando por Cobo y Sabaneta, o bien dando la vuelta por Blanco. No obstante, en ambos casos era intransitable, lo que empeoraba en los meses de lluvia, época en la que estas comunidades se quedaban prácticamente aisladas. No entraban ni salían vehículos, e incluso a pie resultaba muy difícil el acceso, siendo necesario incluso descalzarse para vadear un rio. Esta situación comprometía bastante las necesidades básicas en las comunidades. Ocasionaba, por ejemplo, que tanto el alumnado como el profesorado llegara a menudo tarde o faltara a la escuela; dificultaba o imposibilitaba el acceso a la clínica del personal sanitario; o también retrasaba que los vehículos con alimentos abastecieran las comunidades, provocando que muchos ni siquiera entraran, y de este modo, los pocos alimientos que llegaban eran vendidos a precios desmesuradamente altos.
La rehabilitación del camino forma parte del proyecto de mejora de la habitabilidad y la sostenibilidad medioambiental en las cuatro cominidades –Blanco, Cobo, Sabaneta y Matadero–, que ejecutamos entre CONAMUCA e Ingeniería Sin Fronteras Andalucía. No se trata un mero proyecto de construcción, aunque sea lo más visible y lo que nos ocupa gran parte del tiempo. Pretendemos fortalecer y empoderar a las personas de las comunidades a través de las componentes de forestación, educación ambiental y economía de los cuidados, visibilizando y poniendo en valor las tareas que generan bienestar físico y emocional a las personas y sin las cuales el sistema económico no funcionaría.
En el proyecto, todos y todas estamos poniendo de nuestra parte. Las mujeres y hombres de las comunidades aportan su mano de obra voluntaria, tanto en los trabajos físicos –mucho más visibles habitualmente– como en los trabajos de cuidados: cocina, lavado, recogida de leña y agua, o atención a las niñas y niños de quienes trabajan. Todas las horas se valoran y se contabilizan por igual: el trabajo físico, el de cuidados, los talleres y a las reuniones y asambleas.
La recuperación de estas infraestructuras correspondería en realidad a la Dirección Nacional de Desarrollo Fronterizo, institución a través de la cual el Estado dominicano trabaja en la frontera con Haití. Esta institución cuenta con personal, así como alguna maquinaria antigua e instalaciones de viveros de frutales en no muy buenas condiciones. No obstante, el Estado le dedica muy pocos recursos, y su presencia en Elías Piña ha sido escasa en los últimos tiempos. En este contexto, la presencia en la zona de ISF y CONAMUCA ha favorecido la firma de un convenio entre las tres partes, que Desarrollo Fronterizo ha considerado una oportunidad para cumplir con su obligación de Estado.
El convenio se firmó a finales de julio de 2016, pero hasta finales de noviembre no llegó la maquinaria comprometida que permitió dar el primer “picazo” el 7 de diciembre. Mientras tanto, se han tramitado los permisos con el Ministerio de Medioambiente, y se han aprovechado las lluvias para forestar la zona. También durante este período se ha buscado el material de firme adecuado dentro de las mismas comunidades, acordándose finalmente ubicar una mina en la parte alta (Matadero) y otra en la parte baja (Blanco). Se trata, por tanto, de materiales que han sido donados por las familias de la zona, con el compromiso por nuestra parte de cerrar las minas a la conclusión para reducir el impacto ambiental. En este momento se ha cerrado la de Matadero y la de Blanco está a punto de cerrarse. Además, el material sobrante del camino se ha devuelto a la mina como material de relleno, ubicando la tierra más fértil encima para que pueda continuar sirviendo como tierra de cultivo.
Durante los trabajos hemos tenido algunas dificultades derivadas del estado de la maquinaria –que parece ser lo normal cuando pertenecen a instituciones públicas locales–. También ha influido el adelanto de las lluvias y la necesidad de maquinaria en otros lugares. Un ejemplo de esto es el caso de la retropala, que llegó en marzo para ayudar con el cierre de la mina, y está sirviendo para abrir badenes y cunetas que canalicen el agua y eviten el deterioro del camino. Sin embargo –y lamentablemente– las primeras lluvias fuertes obligaron a emplearla en trabajos de emergencia en otras comunidades de la provincia que quedaron aisladas. Debido a una mala gestión de las autoridades de la zona, la retropala quedó parada en Elías Piña y nunca llegó a la emergencia, y luego nos costó tres semanas de insistencia y presión el que fuera devuelta a nuestras comunidades para seguir con la construcción de badenes y cunetas. Por todo lo anterior no se ha concluido el drenaje, y el firme se ha deteriorado. No obstante es recuperable, y tal y como está, pemite por ejemplo la llegada de camionetas de pan y otros alimentos y bebidas a los colmaditos de la zona, así como la visita de familiares y gente de otros lugares.
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